El Alphabiotismo y el Atlas Ortogonal es una técnica novedosa que busca restablecer la actividad vital facilitando la circulación de los impulsos nerviosos que procedentes de nuestro encéfalo viajan desde la médula espinal al resto del organismo con los mensajes cerebrales.
Uno de sus objetivos es la corrección de desajustes de nuestras vértebras capaces de alterar esos impulsos nerviosos que bloquean el flujo de energía y, por tanto, nuestro estado de salud. Actúa ayudando a desarrollar mejor nuestro potencial vital a través de la alineación alphabiótica, liberando los bloqueos energéticos y permitiendo el libre flujo de la energía vital de cada persona.
Uno de sus objetivos es la corrección de desajustes de nuestras vértebras capaces de alterar esos impulsos nerviosos que bloquean el flujo de energía y, por tanto, nuestro estado de salud. Actúa ayudando a desarrollar mejor nuestro potencial vital a través de la alineación alphabiótica, liberando los bloqueos energéticos y permitiendo el libre flujo de la energía vital de cada persona.
Los Desajustes Vertebrales
Casi todo el mundo es consciente de los problemas musculares, de movilidad y de dolor que causan las dolencias de espalda.
Sin embargo, a menos que por desgracia se produzca un problema funcional grave, una parálisis de cualquier tipo -normalmente a consecuencia de un accidente- no parecemos ser conscientes de que además de sostenernos la columna tiene otras importantes funciones, entre ellas la de proteger la médula espinal (parte vital de nuestro sistema nervioso central) dando soporte y resguardo al sistema nervioso autónomo (sistema simpático y parasimpático), encargado de regular las funciones vitales fundamentales que son en gran parte independientes de la conciencia y relativamente autónomas, es decir, las funciones vegetativas (aparato cardiorrespiratorio, glándulas endocrinas, musculatura lisa, aparato pilo sebáceo y sudoríparo, etc.).
Las fibras del sistema nervioso vegetativo simpático se originan en la región media de la médula espinal, unen la cadena ganglionar simpática y penetran en los nervios espinales desde donde se distribuyen de forma amplia por todo el cuerpo. Las fibras del sistema nervioso vegetativo parasimpático se originan por encima y por debajo de las simpáticas, es decir, en el cerebro y en la parte inferior de la médula espinal.
En suma, la función de soporte y protección de la columna vertebral la convierte en parte fundamental del denominado sistema neuroendocrino mediante el cual se enlazan las funciones del sistema nervioso y las del sistema endocrino a través de neurotransmisores, sustancias bioquímicas, hormonas, factores liberadores o inhibidores, etc. Precisamente el sistema endocrino -a través de glándulas de la importancia del hipotálamo, la hipófisis, la tiroides, los ovarios, los testículos, el páncreas y las glándulas suprarrenales- es el encargado de iniciar funciones metabólicas fundamentales de nuestro organismo así como de controlar la intensidad de diversas operaciones químicas en las células o de regir el transporte de sustancias a través de las membranas celulares, entre otras funciones.
Es pues fácil deducir la importancia de que todo el sistema se encuentre en las mejores condiciones posibles a fin de que nuestro organismo despliegue su mayor potencial. Ciertamente son procesos químicos complejos que definen nuestro tono vital y en los que cada vez parece más claro que cualquier alteración en la columna vertebral puede influir.
De la correcta posición de nuestras 24 vértebras depende que la médula espinal y todas las fibras nerviosas -algunas cien veces más finas que un cabello humano- estén debidamente protegidas. De esta manera se posibilita que los impulsos nerviosos viajen libremente entre las células, las glándulas y el cerebro y que la energía vital fluya libremente por nuestro cuerpo.
Sin embargo, debido a la movilidad de las vértebras, éstas pueden desajustarse por muchas y diferentes causas: caídas, golpes, pesos mal levantados, estrés emocional, pensamientos negativos, falta de descanso, inactividad… se producen entonces lo que podríamos llamar "oclusiones, desajustes vertebrales" o bloqueos de energía.
Cuando el cuerpo no puede mantener las posiciones naturales de los huesos de la espina dorsal, las vértebras dejan de proteger a la médula y a los nervios espinales, al modificarse los espacios entre ellas... lo que puede causar daños en los tejidos nerviosos vitales situados en ella. Y en ese caso la transmisión de los impulsos nerviosos puede verse distorsionada y al final de la cadena, en algún lugar de nuestro organismo, una de nuestras glándulas se encontrará con que no puede elaborar de forma correcta y ordenada los productos químicos necesarios para nuestro organismo por insuficiente flujo de la energía necesaria para ello.
Es pues fácil deducir la importancia de que todo el sistema se encuentre en las mejores condiciones posibles a fin de que nuestro organismo despliegue su mayor potencial. Ciertamente son procesos químicos complejos que definen nuestro tono vital y en los que cada vez parece más claro que cualquier alteración en la columna vertebral puede influir.
De la correcta posición de nuestras 24 vértebras depende que la médula espinal y todas las fibras nerviosas -algunas cien veces más finas que un cabello humano- estén debidamente protegidas. De esta manera se posibilita que los impulsos nerviosos viajen libremente entre las células, las glándulas y el cerebro y que la energía vital fluya libremente por nuestro cuerpo.
Sin embargo, debido a la movilidad de las vértebras, éstas pueden desajustarse por muchas y diferentes causas: caídas, golpes, pesos mal levantados, estrés emocional, pensamientos negativos, falta de descanso, inactividad… se producen entonces lo que podríamos llamar "oclusiones, desajustes vertebrales" o bloqueos de energía.
Cuando el cuerpo no puede mantener las posiciones naturales de los huesos de la espina dorsal, las vértebras dejan de proteger a la médula y a los nervios espinales, al modificarse los espacios entre ellas... lo que puede causar daños en los tejidos nerviosos vitales situados en ella. Y en ese caso la transmisión de los impulsos nerviosos puede verse distorsionada y al final de la cadena, en algún lugar de nuestro organismo, una de nuestras glándulas se encontrará con que no puede elaborar de forma correcta y ordenada los productos químicos necesarios para nuestro organismo por insuficiente flujo de la energía necesaria para ello.
Las oclusiones vertebrales , bloqueos energéticos, representan pues una forma muy común de interferencia del sistema nervioso y restan capacidad al cuerpo para alcanzar su máximo potencial.
Su existencia supone que la habilidad de nuestro cerebro para controlar y coordinar todas las funciones del cuerpo a través de la red nerviosa quede disminuida.
Sin equilibrio químico nuestra actividad vital se verá resentida ya que las sustancias químicas liberadas determinan nuestro tiempo de respuesta, nuestros niveles de coordinación, nuestros estados de ánimo, nuestras actitudes, nuestros niveles de creatividad, nuestra capacidad para la imaginación e, incluso, nuestra memoria.
No olvidemos que el desarrollo físico, el mantenimiento de nuestros cuerpos y el grado en el que podemos aprovechar los nutrientes de nuestros alimentos son gobernados por las interacciones químicas de nuestro organismo.
El daño final igual puede manifestarse tras un corto período de tiempo -con dolor en la espalda- que mantenerse oculto durante semanas, meses e incluso años hasta que comienzan a aparecer los primeros síntomas. Hay muchos ejemplos de situaciones adversas en las que el cuerpo tarda mucho tiempo en manifestar señales externas o síntomas que indiquen su presencia.
De hecho, las enfermedades cardiovasculares, algunas enfermedades degenerativas y el cáncer, por ejemplo, pueden estar desarrollándose durante años sin que quienes las sufren sean conscientes. Y hay que decir que patologías de todo tipo pueden deberse a oclusiones espinales que pueden estar causando serias interferencias sin que la persona sea en absoluto consciente. Aún más, puede ocurrir que los síntomas, si aparecen, lo hagan allá donde los nervios terminan en lugar de en la espina dorsal que es donde el problema, bloqueo de energía, se está produciendo.
Lo único seguro es que, con dolor o sin él, con síntomas o sin ellos, es imprescindible verificar regularmente el estado de nuestra columna si se quiere mantener un estado óptimo de vitalidad.
Su existencia supone que la habilidad de nuestro cerebro para controlar y coordinar todas las funciones del cuerpo a través de la red nerviosa quede disminuida.
Sin equilibrio químico nuestra actividad vital se verá resentida ya que las sustancias químicas liberadas determinan nuestro tiempo de respuesta, nuestros niveles de coordinación, nuestros estados de ánimo, nuestras actitudes, nuestros niveles de creatividad, nuestra capacidad para la imaginación e, incluso, nuestra memoria.
No olvidemos que el desarrollo físico, el mantenimiento de nuestros cuerpos y el grado en el que podemos aprovechar los nutrientes de nuestros alimentos son gobernados por las interacciones químicas de nuestro organismo.
El daño final igual puede manifestarse tras un corto período de tiempo -con dolor en la espalda- que mantenerse oculto durante semanas, meses e incluso años hasta que comienzan a aparecer los primeros síntomas. Hay muchos ejemplos de situaciones adversas en las que el cuerpo tarda mucho tiempo en manifestar señales externas o síntomas que indiquen su presencia.
De hecho, las enfermedades cardiovasculares, algunas enfermedades degenerativas y el cáncer, por ejemplo, pueden estar desarrollándose durante años sin que quienes las sufren sean conscientes. Y hay que decir que patologías de todo tipo pueden deberse a oclusiones espinales que pueden estar causando serias interferencias sin que la persona sea en absoluto consciente. Aún más, puede ocurrir que los síntomas, si aparecen, lo hagan allá donde los nervios terminan en lugar de en la espina dorsal que es donde el problema, bloqueo de energía, se está produciendo.
Lo único seguro es que, con dolor o sin él, con síntomas o sin ellos, es imprescindible verificar regularmente el estado de nuestra columna si se quiere mantener un estado óptimo de vitalidad.
La propia inteligencia del cuerpo
La base del sistema de trabajo del Alphabiotismo es la propia capacidad del organismo para tratar de buscar soluciones a sus propios problemas y mantener una vitalidad óptima permanente. Así, al igual que después de un corte nuestro cuerpo trabaja para repararlo inmediatamente, tras la formación de una oclusión vertebral nuestro cuerpo también hace todo lo posible por corregirla, para que la red nerviosa de comunicación no quede interferida. Y el instrumento que nuestro organismo utiliza para cambiar y mantener la relación entre las vértebras es el uso de los músculos espinales.
Cuando una vértebra no ocupa, por diversas causas, su posición ideal estos músculos se ponen a 'trabajar' bajo mandato del sistema nervioso para reposicionar la vértebra. Tenemos muy claro que es el cuerpo el que más sabe acerca de la posición ideal, segundo a segundo, de las vértebras. Por tanto, es el propio organismo quien completa la tarea del ajuste vertebral tras nuestra intervención.
Una persona puede presentar como media de 6 a 8 oclusiones- y si se aplican las técnicas de la alineación alphabiótica para corregirlas, facilitan que el cuerpo pueda sanarse así mismo, al restablecerse el flujo de la energía vital.
El Alphabiotismo, tras más de 30 años de experiencia a nivel mundial, trata de buscar su propio lugar entre otras técnicas más populares desde el convencimiento de que es el mantenimiento, el cuidarse diariamente, donde radica la auténtica plenitud de nuestras vidas.
"La propuesta que lanzamos desde el Alphabiotismo es vitalista y no terapéutica". Queremos que las personas entiendan la alineación alphabiótica como la oportunidad de poder hacer un mantenimiento de forma regular a lo largo de toda la vida. Y es obvio que cuanto más pronto empecemos a alinear, balancear y ajustarnos la columna más rendimiento 'sacaremos' a nuestro cuerpo y a nuestra vida.
El mensaje para nuestros lectores es simple:
"Dénse a ustedes mismos, a su familia y a sus amigos la oportunidad de equilibrar la química y el flujo energético del cuerpo a fin de que puedan disfrutar de una buena forma física, emocional, mental y espiritual"..